El proceso biodinámico comienza con la atención al cuerpo del terapeuta, especialmente al corazón. Se trata de una relación muy directa y personal que tenemos con el cuerpo, llamada “conciencia interoceptiva”. Las investigaciones dicen claramente que percibir el movimiento de nuestro propio corazón cambia nuestra estructura cerebral. Refuerza la capacidad de autorregulación de nuestro cerebro y, en consecuencia, de nuestro corazón. Así que la práctica biodinámica consiste también en reconstruir una fuerte conexión entre el corazón, el cerebro y el cuerpo. Esta conexión se basa también en la percepción de la RP y la Quietud. Fortalecer esta conexión construye la resiliencia para que dejemos de gastar energía emocional y física. De este modo, nuestro instinto biológico natural de compasión se fortalece. La RP y la quietud son la base de la compasión. El corazón es el camino.
Y eso significa compasión por nosotros mismos y por los demás. También significa que se puede lograr una mayor sensación de satisfacción y felicidad. Todas ellas son cualidades arraigadas en nuestra biología y pueden empezar a despertarse con la atención en la RP, la Quietud y el corazón. En este momento se encuentran en semillas tan pequeñas en el suelo de nuestro corazón, cerebro y cuerpo. Así que, si podemos disminuir los pensamientos compulsivos y las emociones perturbadoras, podemos regar las semillas de felicidad y compasión con la RP y la Quietud.
Este es uno de los principios básicos en la aplicación de la Biodinamica Cardiovascular del que también se benefician los pacientes.